Organizar un viaje cuando tenemos hijos pequeños es siempre una tarea complicada, ya que tenemos que estar pendientes de muchos factores, desde las reservas de hotel a la preparación del equipaje, intentando evitar que se nos olviden elementos importantes. Si conseguimos que todas las actividades queden repartidas entre los miembros de la familia estas tareas resultarán más sencillas. Además, estaremos inculcando en nuestros niños valores como la responsabilidad que les serán útiles durante el resto de su vida.
Estas pequeñas tareas deben asignarse siempre en relación a la capacidad de los pequeños. A continuación os proponemos algunas ideas que esperamos os ayuden con esta pequeña acción, y que servirán para que nuestros hijos aprendan a ser más autónomos e independientes.
– Organización: Podemos comentar con los pequeños el hotel que estamos reservando o las ciudades en las que pararemos. No esperamos que los pequeños tengan poder de decisión en este aspecto, pero sí conseguimos una base sobre la que mostrarles que durante el tiempo que pasemos en el coche no siempre podemos hacer las paradas cuando queramos, o que hay que esperar a comprar más agua hasta que encontremos una nueva gasolinera.
– Juguetes: Una de las primeras tareas de las que pueden hacerse responsables los más pequeños bajo nuestra supervisión, es la elección de sus propios juguetes. Podemos encargarles que empaqueten los muñecos o juegos que quieran llevarse para disfrutar durante el viaje. De esta manera verán que la tarea es algo propio, y se la tomarán con seriedad, ya que de ellos mismos depende su entretenimiento.
– Comida: Hacerles partícipes en la preparación del viaje en aspectos como la comida y bebida que llevaremos en el coche. Aunque la decisión la tomemos nosotros, está bien preguntarles qué les apetece, hacerles que nos recuerden que hay que llevar agua… Hacer que se involucren en los preparativos de nuestro viaje.
– Seguridad: Si los padres mostramos como algo natural el hecho de ponernos el cinturón de seguridad, los niños verán que es importante, evitando así quejas ante la obligación de sentarse en su sillita, y asimilando de esta manera que cuando crezcan ellos también tendrán que ponerse el cinturón. Es un gesto sencillo por el que conseguiremos que de adultos sean más responsables en cuanto a seguridad vial.
Y ya sólo queda un último consejo: ¡disfrutad del viaje!
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