Llega septiembre y con él la vuelta a la rutina. La vuelta a casa, a la ciudad, a la polución y a los constantes viajes en coche. Después de haber disfrutado de un verano en la playa o en la montaña, rodeados de aire sano, nuestros hijos deben reencontrarse con la realidad de la contaminación. Y es que el aire de nuestras ciudades está cargado de partículas contaminantes que son perniciosas para la salud respiratoria de los más pequeños.
Según datos de la SEAIC (Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica), el 40% de los niños padece rinitis alérgica. Para dejar de lado la agresividad de sus síntomas, e incluso para evitar que nuestro hijo desarrolle una alergia es importante no exponerle a aire contaminado. Con este propósito, pasamos a formular una serie de consejos prácticos para que todos los ocupantes del vehículo respiren el aire más sano posible en el interior del vehículo.
- Paso 1: Viaja con las ventanillas bajadas. De este modo evitarás que entre polución en el habitáculo y además disminuirás el consumo de combustible al reducir la resistencia al aire del coche.
- Paso 2: Activa la opción de recirculación del aire del vehículo. Así el aire del interior estará más limpio puesto que no se alimentará del externo.
- Paso 3: Limpia la tapicería de tu automóvil en profundidad de forma frecuente. Según varios estudios microbiológicos, el coche es un lugar ideal para el anidamiento de bacterias y mohos, microrganismos que pueden aumentar la virulencia de los síntomas alérgicos de nuestros hijos.
- Paso 4: Cambia los filtros de aire. Es recomendable realizar este cambio dos veces al año, puesto que éstos son los elementos que evitan que se “cuelen” partículas perniciosas en el interior de nuestro vehículo.
- Paso 5: Sana el aire de tu coche. Existen sistemas de higienización del aire del coche que, de forma completamente inocua, eliminan molecularmente bacterias, virus, gérmenes y mohos presentes tanto en la tapicería como en los conductos del aire del automóvil.
Gracias a estos sencillos pasos el aire que respirarán nuestros hijos, y nosotros mismos, en nuestros desplazamientos en coche será el más sano posible. De este modo, el drástico cambio del aire de la playa o de la montaña al de la ciudad no se nos hará tan cuesta arriba.
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